Para mí, mi promoción ha sido algo distante, pero en los momentos en que nos tenemos que unir sabemos como hacerlo, además de que el servicio social nos ayudo bastante a conocernos unos a otros, poder ayudarnos mutuamente durante 15 días, convivir con cada uno y así hacer nuevos amigos.
En mis 12 años en el colegio ha sido difícil estar en esta promoción, ya que en ella se ve mucho lo que es lo despectivo de las personas y el juzgar sin conocer. Pero, a medida de los años hemos ido madurando, conociéndonos y nos percatamos que somos iguales todos, a veces con problemas semejantes que nos hacen unirnos, apoyarnos y ayudarnos en cualquiera decisión o momento difícil.
No cambiaría mi promoción, porque puedo decir que he aprendido demasiado en ella, como convivir con los demás, tolerarlos, no juzgar a las personas sin conocerlas, sin importar lo retraídas que son. El ayudar a las personas que se lo merecen, que sería hacer justicia, no solo ayudar por el compañerismo. Y con todos los problemas que me han hecho pasar, no me molesto, me gusta, porque gracias a ello estoy pendiente y al tanto de quien soy y que quiero, se quienes se merecen las cosas y el saber estar estar pendientes a la mías.
Todas las amistades que he hecho de diferentes grupos, diferentes personalidades, diferentes gustos , circunstancias y destinos futuros no me arrepiento de haberlas hecho. He aprendido mucho de ellas, tanto cosas buenas como malas, pero yo soy la responsable de decidir cual es el camino que agarrare y se que estas personas tomaran una buena decisión igual a la mía.
Sin tomarme más tiempo del querido lector, puedo decir que ha sido una buena experiencia estudiantil junto a mi promoción y que seguiré teniendo momentos juntos a ellos después de haber escrito esto y de graduarme, quizás no con todos, quizás no los vuelva a ver, pero se que en algún momento en que nos encontraremos una sonrisa bastara para darse cuenta que uno se acuerda del otro y saber que nos da alegría ver el progreso que llevamos en la vida.
