Es increíble como uno le puede explicar a la otra persona todos sus deseos, sus debilidades, sentimientos, y la persona haga totalmente lo opuesto por agradecerlo.

Siento que han clavado un puñal en mi espalda, y de la persona que pensaba menos posible. No escuchaste, no prestaste atención. Solo fuiste un egoísta más que pensó en sus deseos e instintos.

¿Que como me di cuenta? Actuaste tal cual como los anteriores. Vergüenza te debería dar. Después de escucharme desconsoladamente contándote mi pasado, vuelves a hacer lo mismo para restregármelo en el rostro.

No si es malo, pero nunca hay odio ni dolor de mi parte, y quizás quisiera que hubiera, por que así sé por lo menos que no te volveré a ver con la misma mirada.

Pobre de mi... Nuevamente caigo en la misma piedra pintada de otro color. Vergüenza me debería dar.