Porque todo es así...

Ya dejo de creer en los demás, de confiar en ellos, y depender de ellos. Ellos arrastran mis ánimos como Áquiles arrastro y humillo el cuerpo del príncipe por la ciudad; solo que yo no pretendo dejarme caer.
En algún momento me distanciaré y no necesitaré de ellos y ahí es donde yo me levantaré y lucharé por lo que más deseo sin pensar en sus humillaciones y su extraña forma de "apoyarme".